La semana pasada aprovechando unos días de vacaciones me acerqué al zoo de Santillana del Mar (Cantabria). Lo siento, pero los zoologicos no me acaban de gustar, siempre salgo con una extraña sensación de ver los animales encerrados, seguramente viviendo una vida cómoda y tranquila pero al final me voy con el corazón un poco encogido cuando los observo y los imagino allí día tras día.
El caso es que lo había visitado hace años y me habían quedado ganas de volver al mariposario para hacer fotos con calma a tantas y tantas mariposas que vuelan a tu alrededor.
Era primera hora de la mañana, así que disfruté sola de la tranquilidad de lugar y de los preciosos colores que había por todos lados.
La anécdota del día fue cuando una de la mariposas se colocó en mi objetivo, sin separarse de él hizo conmigo todo el recorrido mientras yo hacía foto tras foto y capturaba las imágenes que ya quedaron para siempre en el recuerdo♥